¿QUÉ ES EL MARTINISMO?

DEFINICIÓN Y CARACTERÍSTICAS SEGÚN PAPUS (GÉRARD ENCAUSSE), EL FUNDADOR DE LA ORDEN MARTINISTA:

Definición y propósito
“Es una sociedad mística (...). Como sociedad, el Martinismo es la unión de las fuerzas invisibles, evocadas para la búsqueda de la Verdad (...). La Orden Martinista es un centro activo de difusión iniciática. Está constituida para propagar, rápidamente y de una manera amplia, las enseñanzas de lo oculto y las líneas de la Tradición Occidental Cristiana”. 
(A propósito del Martinismo - Papus)

Características del Martinismo
“La sociedad Martinista tiene como primer principio respetar la libertad humana (...). El segundo principio es el de aceptar en su seno a hombres y mujeres. El tercer principio es el de ser cristiana. El Martinista defiende la acción de Cristo...”
(A propósito del Martinismo - Papus)

Ante todo, la Orden es, en su conjunto, una escuela de caballería moral que se esfuerza por desarrollar la espiritualidad de sus miembros mediante el estudio del Mundo Invisible y de sus Leyes, mediante el ejercicio de la devoción y de la asistencia intelectual y mediante la creación, en cada espíritu, de una fe cada vez más sólida, basada en la observación y en la ciencia.”
(Martinezismo, Willermozismo, Martinismo y Francmasonería - Papus)


ALGUNAS EXPLICACIONES MÁS ACERCA DEL MARTINISMO

El Martinismo es una Orden Iniciática que, sin dejar de lado los objetivos antes citados, busca principalmente transmitir la Tradición Iniciática Occidental a los verdaderos Hombres de Deseo.

La palabra “iniciación” se deriva de la palabra latina “initium” que significa “comienzo”, lo que para los Martinistas tiene dos interpretaciones: a) un nuevo estado b) un nuevo camino.
Entendiendo que estas dos interpretaciones son las “dos caras de una misma moneda”, el Martinismo  le presenta a sus miembros un nuevo camino que lo conducirá a un nuevo estado del Ser, siempre que mantenga aquél Deseo Real, el mismo que tenía al momento de su admisión en la Orden y que se volvió efectivo mediante los trabajos y las prácticas internas.

La Iniciación Martinista genera en el Iniciado -cuando este realmente se dedica a la Gran Obra- una nueva condición, gracias a la cual puede librarse de los prejuicios del mundo común y fenoménico, alcanzando la Iluminación interior, la cual también es llamada de “despertar espiritual”.

Nuestros Ritos se remontan a dos grandes personalidades del mundo iniciático: Martines de Pasqually y Louis Claude de Saint-Martin.

Pasqually fundó en el siglo XVIII la “Orden de los Elu-Cohens”, en la que trabajaba la denominada “Vía Externa”, que con sus diversos cultos (expiación, limpieza del aura terrestre, descenso del Espírito Santo, etc.) se dirigía a la evocación teúrgica de Seres y fuerzas espirituales con el objetivo de ayudar, orientar, limpiar y preparar a sus practicantes –y a nuestro planeta–en su Regeneración, que es el camino para la Reconciliación, estado final e introductorio para la Reintegración en el seno del Absoluto.
De dichas liberaciones individuales saldrá la liberación colectiva que permitirá la reconstitución del hombre-arquetípico, desmantelado en pedazos en la Caída bíblica, y su reintegración en lo divino que lo emanó.

Saint-Martin, discípulo de Pasqually, abandonó las prácticas de su primer Maestro y se dedico a trabajar la llamada “Vía Interna” o “Vía del Corazón” en la que se hace énfasis en la meditación, en la ascesis, en la plegaria activa y en técnicas precisas de rectificación del interior del Ser, en el sentido de una aproximación cada vez más Real con el Absoluto.
Sin embargo, debemos cuidarnos mucho de no reducir esta Vía "Martiniana" a simples prácticas de oraciones diarias, acompañadas de trabajos caritativos para con nuestro prójimo, mezcladas con discutibles catarsis emotivas, semejantes a las de ciertas religiones tradicionales.

Habiendo entendido lo anterior, podemos resumir –de modo general– la diferencia entre estos dos Grandes Maestros, señalando que mientras que Pasqually concedía la clave de la Reintegración Universal, Saint-Martin concedía la clave activa de la Reintegración Individual.

Luego de la muerte de Papus la Vía Externa –teúrgica y denominada "Martinezista"– fue abandonada casi por completo y hoy, con rarísimas excepciones, prácticamente todas las ramas Martinistas trabajan exclusivamente con la Vía Interior de Saint-Martin.

Para complementar la información, debemos recordar que los Martinistas son individuos libres, respetuosos y tolerantes con las formas de pensamiento divergentes y que son indiferentes ante los tabúes o prejuicios de cualquier especie.
Los Martinistas se vinculan por su propia y libre voluntad con la humanidad, con la naturaleza y con Dios. Mediante sus trabajos, gradualmente toman conciencia del carácter sagrado de dicha vinculación.
En sus reuniones, solamente los Martinistas son aceptados; las iniciaciones y sus respectivos grados se reciben por mérito propio, sin que la antigüedad tenga ningún valor efectivo o determinante.

Como conclusión señalamos que, por sobre  todas las definiciones y teorías, el Martinismo es un estado de Ser, es un Camino que más que explicado debe ser sentido y vivido, para que mediante el SILENCIO podamos llegar a su Corazón, realizando en nuestro Ser su objetivo principal: la Reintegración de la colectividad en el seno del Absoluto.